Guía de mejores prácticas de educación en emergencias. Parte 2: Planificación, implementación y seguimiento de una respuesta de educación en emergencias

Esta guía hace parte de un conjunto de herramientas enfocadas en la educación en emergencias, en la planificación, implementación, monitoreo y evaluación de actividades. Orienta paso a paso el proceso de configuración de una respuesta de educación en emergencias, desde la comprensión de las necesidades educativas hasta la elección de los tipos de actividades a incluir y las mejores prácticas para realizar estas actividades con calidad. También incluye información sobre cómo monitorear y evaluar un proyecto de educación en emergencias y cómo utilizar el aprendizaje para mejorar la calidad de los proyectos en el futuro.

  • Organización

    People In Need (PIN) – Czech Republic

  • Autores

    People In Need (PIN) – Czech Republic

  • Fecha de publicación

    Febrero 14, 2020

  • Idioma

    Inglés

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Aprendizajes clave/ Recomendaciones / Estrategias

Conceptos Clave

Educación en emergencias: es un conjunto de actividades y proyectos que permiten que el aprendizaje estructurado continúe en tiempos de crisis o de inestabilidad a largo plazo. Puede incluir a todos los grupos de edad en diferentes fases, desde el desarrollo de la primera infancia y la educación primaria, hasta la educación secundaria, no formal, técnica, vocacional, superior y de adultos.

Emergencia: es una situación de crisis que excede la capacidad que tiene una comunidad/sociedad para afrontarla utilizando únicamente sus recursos, puede ser aguda (a corto plazo) o crónica (a largo plazo). Es causada por desastres naturales (como terremotos, vendavales o sequías) o provocados por el hombre (como conflictos armados o inestabilidad política).

Educación formal en emergencias: incluye todas las oportunidades de aprendizaje proporcionadas en un sistema escolar de instituciones reconocidas formalmente y acreditadas por la autoridad educativa nacional en el área de operación (escuelas, universidades y otras instituciones educativas). Sus actividades son variadas, pero requieren permiso específico de las autoridades educativas pertinentes y de la dirección escolar. Puede ayudar a prevenir o reducir el impacto de nuevas barreras en el acceso de las niñas y los niños a una educación de calidad, y evitar que problemas preexistentes (como la pobreza) se conviertan en una barrera educativa.

Educación no normal en emergencias: educación estructurada que se lleva a cabo dentro o fuera de instituciones educativas que no conduce a una certificación formal (a una acreditación reconocida por las autoridades nacionales del país de operación), pero puede conducir a la certificación de otros organismos (organizaciones no gubernamentales u organizaciones de base comunitaria). Suele llevarse a cabo en los espacios temporales de aprendizaje o los espacios amigables para la infancia. Puede incluir actividades como: clases complementarias, clases de recuperación o extraescolares, alfabetización y aritmética de apoyo, educación acelerada, habilidades para la vida, autoaprendizaje o educación en el hogar. En lo posible, debe basarse en los planes de estudio formales y crear vías hacia la educación formal para fomentar la continuidad educativa.

Espacios amigables para la infancia: proporcionan entornos enriquecedores para que las niñas y niños accedan a actividades estructuradas y gratuitas de juego, recreación, ocio y aprendizaje. Procuran restablecer el sentido de normalidad y rutina de niñas y niños de cualquier edad a través de un conjunto diverso de servicios que puede incluir: actividades recreativas estructuradas, actividades de apoyo psicosocial o actividades para el suministro de información vital, el fortalecimiento de habilidades para la vida o la adquisición de conocimientos básicos de alfabetización y aritmética. Deben clasificarse como espacios de protección y, por lo tanto, incluirse en el sector de protección.

Aprendizajes

CONSTRUIR UNA RESPUESTA DE EDUCACIÓN EN EMERGENCIAS

PASO 1. Hacer un análisis del contexto

El primer paso para establecer un proyecto de educación en emergencias es comprender el contexto. Para hacer esto, es necesario hacer un análisis del conflicto que estudia cuatro factores clave:

  1. Perfil del conflicto → ¿cuál es la historia del conflicto y cuáles son las estructuras detrás de él? ¿qué ocurrió realmente, dónde ocurrió, quiénes se vieron afectados y hasta dónde puede llegar su impacto? ¿por qué ocurrió y qué podría pasar después?
  2. Actores → ¿quiénes están involucrados? ¿qué quieren? ¿qué poder tienen? ¿por qué podrían querer conflicto/paz? ¿cuáles son sus relaciones con los demás?
  3. Causas → ¿cuáles son las causas recientes y a largo plazo del conflicto?
    (por ejemplo: Causas: corrupción, pobreza, desarrollo desigual → Problema central: acceso desigual a servicios → Efectos: violencia, discriminación, tensiones intercomunitarias)
  4. Dinámica → ¿cuáles son los patrones? ¿cómo está cambiando el conflicto? ¿qué desencadena el conflicto?

 

› En la indagación puede incluir la participación de: autoridades, ONG, organizaciones civiles, sociedad, niñas, niños, jóvenes, personal del proyecto, socios, miembros de la comunidad y partes interesadas fuera del sector educativo.
› Este análisis le permitirá entender cómo su proyecto podría afectar el conflicto, de manera positiva o negativa, y planificar actividades que no causen ningún daño y que, en la medida de lo posible, contribuyan a la promoción de la paz.

PASO 2. Hacer una evaluación de necesidades

Ahora que comprende mejor el contexto, necesita saber más sobre las necesidades educativas específicas recopilando información sobre distintos aspectos de la situación educativa en un proceso juicioso de indagación.

  1. ¿Qué necesita entender?
    ¿Cuál es el impacto de la emergencia en el acceso y la calidad de la educación? ¿quién accede y quién no a la educación y quiénes son los más vulnerables? ¿por qué las niñas y niños de diferentes edades no acceden a la educación? ¿cómo es la calidad de la educación? ¿qué capacidades existen para apoyar la educación (infraestructura, materiales, financieras, humanas, organizaciones locales, sistemas formales)? ¿cuál creen las partes interesadas que es la prioridad más urgente? ¿hay alguna manera de que podamos utilizar la situación de emergencia para mejorar la educación preexistente?
  2. ¿Qué preguntas específicas hacer?
    ¿Por qué no van a la escuela y por cuánto tiempo? ¿quién podría abandonar la escuela? ¿cuáles son las necesidades físicas (edificios, materiales)? ¿cuáles son las necesidades sistémicas (personal docente, formación, finanzas, sistemas y capacidades de las autoridades/partes interesadas locales)? ¿están realmente aprendiendo las niñas y niños en la escuela (y si no, por qué no)? ¿cuáles son las otras necesidades (es decir, salud, protección, etc.) que podrían verse afectadas por la educación? ¿cómo se ha visto afectada la seguridad o el bienestar de las niñas y los niños? ¿qué redes de apoyo tienen las niñas y niños y cómo pueden participar?
  3. ¿Qué significan todos estos datos y cómo los usa?
    Los datos deberían decirle: ¿quién fue afectado? ¿cómo se vieron afectados (tanto física como psicosocialmente)? ¿cómo se ha visto afectado el sistema educativo? ¿quién accede y quién no a la educación y por qué? ¿cuáles son las brechas en la calidad de la educación? ¿qué apoyo se necesita para que las niñas y niños vuelvan a la escuela y aprendan?

 

Al recopilar y revisar esos datos recuerde que debe:
→ Incluir a todos los grupos relevantes (adultos, niñas, niños y personas vulnerables) y utilizar recursos y experiencias locales.
→ Considerar el género, la edad y la inclusión (desglosando los datos por sexo, edad, discapacidad, etnia, etc,), ya que las niñas y niños con esas diferencias pueden verse afectados de distintas maneras y tener diferentes necesidades.
→ Capacitar a los encuestadores y aplicar cuestionarios piloto antes de la evaluación.
→ Ser transparente
→ Realizar la evaluación junto con otros sectores, en lo posible.
→ Compartir los hallazgos con los grupos sectoriales del territorio y los socios pertinentes.
→ Garantizar que los hallazgos se incluyan en el diseño del proyecto.
→ Hacer evaluación continua (en varias etapas del proyecto), ya que los contextos y las necesidades cambian constantemente.

PASO 3. Decidir qué tipo de respuesta necesita el contexto específico

Para determinar el tipo de respuesta que debe diseñar debe evaluar la emergencia. Analice los siguientes puntos:

  1. ¿La educación está disponible y es relevante para todas las niñas y niños (independientemente de su edad, sexo, capacidad, religión, origen étnico, idioma, situación de residencia, etc.)?
    › Considere → • primera infancia • escuela primaria • escuela secundaria/adolescentes • estudiantes vulnerables (niñas, niños, con discapacidad, desplazados internos/refugiados, hogares encabezados por mujeres o niñas y niños, huérfanos, etc)
  2. ¿Cómo ha impactado la emergencia en la educación?
    › Considere → • infraestructura escolar (edificios dañados y pérdida de equipos/materiales, rutas de acceso y amenazas a la seguridad de la escuela) • personal de la escuela (número adecuado de personal calificado, disponibilidad de salarios/incentivos, necesidades de capacitación) • contenido educativo (plan de estudios e idioma , necesidad de contenido nuevo: como información que salva vidas o apoyo psicosocial) • cambios de asistencia (tamaño/capacidad de la clase para absorber nuevos estudiantes, exclusión)
  3. ¿Cómo ha afectado la emergencia a las niñas y niños?
    › Considere → • bienestar físico y psicosocial (testigo de violencia o desastre, participación en conflictos armados, explotación sexual) • rutinas y estructuras sociales • oportunidades para aprender y jugar
  4. ¿Cómo se pueden apoyar, adaptar o crear estructuras para satisfacer las nuevas necesidades educativas?
    › Considere → • soporte a sistemas existentes (escuelas formales o comunitarias, comités de gestión escolar) • apoyo del regreso a la escuela (promoción y divulgación, aprendizaje acelerado) • educación no formal (aprendizaje estructurado, educación en el hogar, aprendizaje dirigido por niñas y niños) • programas para niñas y niños no escolarizados (desarrollo de la primera infancia)
  5. ¿Qué desafíos podrían esperarse?
    › Considere → • seguridad/acceso • financiamiento limitado • capacidad limitada de personal • acceso a expensas de la calidad • coordinación
  6. ¿Qué actividades podrían ser adecuadas?
    › Considere → • concientización y promoción • formación y desarrollo de capacidades • infraestructuras y suministros • desarrollo curricular

 

PASO 4. Diseñar, orientar y ordenar la respuesta de educación en emergencias

Con base en la información de la evaluación debe diseñar su proyecto. Las actividades y enfoques deben enfocarse en abordar la barreras a la educación y la protección del contexto.

1. Establecer un marco lógico: considerar las fases de la respuesta

    1. Fase 1. Recreación y preparación: se efectúa en la fase de emergencia aguda (0-6 meses después del inicio de la emergencia)
      • Se concentra en: • el acceso continuo para todos (incluidos grupos vulnerables/marginados) • proteger a las niñas y niños del daño inmediato • mantener la rutina y establecer redes de apoyo • utilizar los recursos y conocimientos existentes.
      • Se enfoca en: establecer actividades estructuradas para proporcionar rutina y normalidad.
      • Trabaja en: → establecer un espacio seguro → organizar actividades recreativas estructuradas con participación (y liderazgo) de la comunidad → proporcionar información que salve vidas (higiene, educación sobre el riesgo de minas, concienciación sobre el VIH/SIDA, etc.).
    2. Fase 2. Educación no formal: se realiza cuando la emergencia comienza a estabilizarse o tiene potencial para prolongarse (3 – 6 meses después del inicio de la emergencia)
      • Se concentra en: • garantizar la calidad de la educación (no solo el acceso) • apoyar el bienestar de las niñas y niños • construir redes de apoyo dentro de las comunidades locales • desarrollar capacidades docentes • fortalecer sistemas y prácticas existentes.
      • Se enfoca en: introducir el aprendizaje estructurado para garantizar la continuidad educativa.
      • Trabaja en: → continuar brindando actividades recreativas estructuradas e introducir apoyo psicosocial y/o aprendizaje socioemocional → proporcionar clases de alfabetización y aritmética → brindar clases similares a las de los planes de estudio formales (incluyendo clases para ponerse al día según sea necesario).
    3. Fase 3. Transición a la educación formal: se implementa cuando la emergencia se ha estabilizado, está prolongada o en fase de recuperación (6 meses o más después del inicio de la emergencia)
      • Se concentra en: • la calidad de la educación • incrementar el compromiso y traspasar actividades a las autoridades locales • ayudar al fortalecimiento de los sistemas para un apoyo sostenido • reconstruir mejor (abordar vacíos/problemas en el sistema educativo anterior, como la exclusión).
      • Se enfoca en: reintroducir el plan de estudios formal para mantener encaminados a las niñas y niños.
      • Trabaja en: → reincorporar el uso del currículo formal por profesores capacitados → utilizar el plan de estudios del país de origen en entornos de refugio para apoyar el retorno → incluir clases adicionales (de habilidades para la vida o educación para la paz) según sea necesario.

 

2. Configurar un equipo de educación en emergencias 

  • Preparar y anunciar los términos de referencia mucho antes de las fechas de inicio (estos términos describen de manera detallada las características del proyecto: objetivos, estructura, actividades que lo configurarán, características técnicas de dichas actividades).
  • Desarrollar preguntas de entrevista y establecer su respectiva puntuación.
  • Procurar que el equipo sea representativo de las comunidades/áreas en las que se trabaja (en términos de lugar de origen, género, etnia, religión, etc.) para minimizar posibles conflictos y garantizar la inclusión.
  • Garantizar que el nuevo personal reciba información sobre el código de conducta del personal, las políticas clave del proyecto, el apoyo disponible en el país y los asesores del lugar.
  • Dividir roles y responsabilidades entre los miembros del equipo (geográficamente, por escuela o actividad/tema) y establecer líneas jerárquicas claras.
  • Estar al tanto de la disponibilidad de presupuesto y el estado del contrato de los miembros del personal.
  • Establecer reuniones regulares (de personal, de coordinación).
  • Establecer planes de trabajo claros y asegurarse de que sean visibles para todo el equipo de trabajo.
  • Decidir cómo medir y retroalimentar el desempeño del personal.
  • Elaborar un plan de desarrollo de capacidades para los miembros del equipo. Esto debería incluir apoyo entre pares, asesoramiento/tutoría y formación.

 

3. Decidir las actividades que le ayudarán a alcanzar los objetivos de su proyecto.

  • Distinguir si su proyecto se considera formal o no formal.
  • Seleccionar y adaptar las actividades para satisfacer tanto las necesidades prioritarias de la emergencia identificadas en el contexto específico como las necesidades de las niñas y niños que componen su bienestar físico cognitivo, psicosocial y emocional, asegurándose de proporcionar un espacio de aprendizaje y socialización que favorezca el desarrollo de habilidades clave para afrontar mejor la situación de emergencia (resiliencia, proactividad, autocuidado, pensamiento crítico, manejo de sí mismos, resolución de problemas, empatía, etc.)

Estrategias/Prácticas

ACTIVIDADES Y ESTÁNDARES DE UN PROYECTO DE EDUCACIÓN EN EMERGENCIAS: UNA RESPUESTA EDUCATIVA A LAS CRISIS

› Las actividades stán alineadas con los estándares mínimos de la Red Interagencial para la Educación en Situaciones de Emergencia: participación, coordinación y análisis, acceso y entorno de aprendizaje, enseñanza y aprendizaje, docentes y otro personal educativo, y política educativa.
› Se centran en: las niñas y los niños
› Giran en torno a: su bienestar, al acceso y a la calidad de la educación
› Fundamentan su desarrollo en los estándares de: participación comunitaria, coordinación y análisis
› Pretenden fortalecer:
1) La enseñanza y aprendizaje: desarrollo profesional docente; actualización, alfabetización y aritmética; y materiales de enseñanza y aprendizaje.
2) La protección y el bienestar: preparación, apoyo psicosocial y espacios de aprendizaje
3) Las redes de apoyo: sensibilización, divulgación y cohesión social, asociaciones de padres y maestros
› Los proyectos de educación en emergencias se componen de al menos una actividad relacionada con cada una de las categorías anteriores, lo que garantiza que estos satisfagan diferentes aspectos de las necesidades educativas, psicosociales y de desarrollo de las niñas y niños.

1. Estándares fundamentales

  • Los estándares de participación comunitaria, coordinación y análisis son clave para el desarrollo del proyecto, sientan las bases para que se cumplan todos los demás estándares de calidad de las actividades específicas. Garantizan que las partes interesadas participen en el ciclo del proyecto de una manera significativa e inclusiva, que aumente su apropiación del proceso y, por lo tanto, su compromiso de sostener las actividades en el futuro.
  • Dirigen el trabajo para que se haga de una manera coordinada (basada en necesidades específicas) que promueva la efectividad, relevancia y eficiencia del proyecto y garantice que se efectúe dentro de un sistema de apoyo y fortalecimiento conjunto.
  • Aseguran que se monitoreen las actividades de manera adecuada y se utilice cualquier aprendizaje para mejorar la programación para el futuro.

Pasos clave: Debe tomar las siguientes medidas para que los proyectos cumplan con los estándares fundamentales de participación comunitaria, coordinación y análisis:

  1. Garantizar que las niñas y niños de todas las edades participan en evaluaciones de necesidades y diseño de actividades del proyecto de educación en emergencias.
  2. Promover la participación de una variedad de partes interesadas (maestros, madres/padres, líderes comunitarios, autoridades educativas, etc.) y de sectores complementarios (salud, agua, saneamiento e higiene, y protección) en las evaluaciones, el diseño y el seguimiento.
  3. Utilizar recursos y experiencia locales, en lo posible (materiales, equipos y mano de obra).
  4. Garantizar que las evaluaciones de necesidades sean holísticas, transparentes y participativas.
  5. Garantizar que las actividad aborden las barreras educativas identificadas y que sean supervisadas periódicamente junto con las partes interesadas locales (por ejemplo, estableciendo un “comité” responsable del seguimiento)
  6. Garantizar que las personas vulnerables sean consultadas en todas las fases del proyecto.
  7. Procurar que los hallazgos, las lecciones aprendidas y las mejores prácticas sean difundidos lo más ampliamente posible y sean utilizados para mejorar actividades/proyectos futuros de educación en emergencias (por ejemplo, a través de un taller de “lecciones aprendidas” y/o un informe escrito).

→ Herramienta práctica: lista para verificar la calidad de “los estándares fundamentales de participación comunitaria, coordinación y análisis” en el desarrollo de proyectos de educación en emergencia (ver página 13)

2. Desarrollo profesional docente

  • El desarrollo profesional docente incluye capacitación a corto plazo y talleres sobre temas específicos, además de aprendizaje y apoyo continuos.
  • Se deben otorgar oportunidades de capacitación y desarrollo profesional, a los docentes u otros educadores, basadas en la necesidad de competencias específicas y habilidades relevantes que les permitan:
    → Crear un entorno inclusivo, acogedor, seguro y protector para las niñas y niños.
    → Planificar lecciones que correspondan al plan de estudios y cumplan objetivos de aprendizaje específicos.
    → Adoptar y practicar metodologías de enseñanza centradas en las niñas y los niños (que fomenten su participación en el aprendizaje).
    → Gestionar eficazmente el aula.
    → Adoptar enfoques disciplinarios positivos
  • El desarrollo profesional docente también va más allá y tiene como objetivo brindarles redes y sistemas de apoyo a los docentes que fomenten el aprendizaje entre pares, además de tutoría y entrenamiento continuos para mejorar las habilidades “en el trabajo”.

Pasos clave: Debe tomar las siguientes medidas para establecer oportunidades de desarrollo profesional claras y efectivas para los docentes:

  1. Realizar una evaluación de las necesidades de aprendizaje (incluida una revisión de las evaluaciones anteriores) para comprender las competencias existentes e identificar las brechas de competencias más importantes que deben cubrirse para que los docentes estén en mejores condiciones de apoyar el aprendizaje y el bienestar de las niñas y niños.
  2. Verificar qué capacitación ya existe en el contexto y quién la brinda. Asegúrese de alinear sus planes con cualquier estrategia o plan a nivel nacional o sectorial, y de utilizar recursos y contenidos locales, en lo posible.
  3. Priorizar las brechas de aprendizaje más importantes que deben abordarse para mejorar la calidad de la enseñanza y apoyar las medidas de protección infantil. Desarrollar un plan de desarrollo profesional docente en base a esta información. Los planes deben ser modulares (no sólo deben incluir capacitaciones puntuales) de modo que el aprendizaje se proporcione en intervalos regulares para un aprendizaje continuo.
  4. Desarrollar contenidos de formación, que incluyan: recursos (diapositivas, carteles, hojas de trabajo, folletos), objetivos de aprendizaje, horarios y materiales para cada capacitación, guías que detallen el paso a paso de la implementación de la capacitación para quien la ejecute (las instrucciones que debe dar, lo que podría decir, la metodología que se utilizará para cada actividad) y herramientas de evaluación para recopilar comentarios sobre la capacitación e identificar las competencias que los participantes han adquirido a través de esta.
  5. Establecer mecanismos de seguimiento y retroalimentación a largo plazo para evaluar y comprender el uso que los docentes hacen de los aprendizajes adquiridos en el aula y apoyarlos en el desarrollo de sus habilidades. Esto se puede hacer a través de observaciones en el aula que sirven tanto para monitorear competencias/metodologías específicas en uso como para proporcionar retroalimentación a los docentes y apoyar su aprendizaje y desarrollo profesional. También podría lograrse mediante la creación de círculos de aprendizaje docente en los que puedan discutir desafíos, enfoques o ideas y practicar metodologías específicas, y se fomente el apoyo continuo entre pares y profesionales más allá del período del proyecto.

→ Herramienta práctica: lista para verificar los estándares mínimos de calidad del “desarrollo profesional y la capacitación docente” en el desarrollo de proyectos de educación en emergencia (ver página 15)

3. Actualización, alfabetización y aritmética

  • La educación en emergencias brinda apoyo en alfabetización y aritmética a través de sesiones dentro de la escuela y fuera de ella (en espacios amigables para la infancia o espacios temporales de aprendizaje donde las instalaciones escolares no están disponibles) con docentes o facilitadores capacitados. También apoya clases de actualización o de recuperación en materias específicas según las necesidades (cuando las niñas y niños necesitan apoyo adicional para mantenerse o ponerse al día con conocimientos y competencias claves):
    → La alfabetización se refiere a la capacidad de un individuo para leer y escribir información, para comprenderla y expresarla de una manera sencilla relacionada con su vida cotidiana.
    → La aritmética es la capacidad de utilizar adecuadamente las habilidades matemáticas en la vida personal, educativa y social.
    → Las clases de actualización les brindan a los estudiantes que no asisten a la escuela la oportunidad de aprender contenidos perdidos debido a la interrupción de su educación. También ayudan a los estudiantes escolarizados que se están quedando atrás a ponerse al día en su educación. Pueden incluir apoyo específico en alfabetización y aritmética para que los estudiantes desarrollen las habilidades básicas de lectura y matemáticas que les permitan permanecer en la escuela o reingresar al sistema escolar.

Pasos clave: Debe tomar las siguientes medidas para apoyar la actualización, la alfabetización y la aritmética:

  1. Realizar una evaluación inicial identificar y comprender las necesidades de apoyo adicional en materia de alfabetización, aritmética y actualización. En el caso de la alfabetización y la aritmética, esto se puede hacer utilizando la herramienta del «Informe anual sobre el estado de la educación» (ASER) que las evalúa en una escala de 0 a 4 (donde el nivel 4 equivale a un nivel de lectura o matemáticas de segundo grado).
  2. Proporcionar apoyo de actualización/recuperación (para ponerse al día) o de alfabetización y aritmética de acuerdo con las brechas de competencias identificadas. Las sesiones deberán desarrollarse teniendo en cuenta el currículo y las competencias relacionadas del contexto específico en el que se está trabajando.
  3. Capacitar a los docentes, y brindarles apoyo continuo, en materia de actualización/recuperación, de alfabetización y aritmética (según corresponda).
  4. Observar las clases, brindar retroalimentación a los docentes y realizar evaluaciones informales periódicas para comprender el progreso de los estudiantes e identificar las necesidades emergentes.
  5. Adaptar el contenido de las sesiones según los hallazgos para garantizar que las clases sigan siendo relevantes y efectivas.
  6. Establecer mecanismos de derivación y vínculos con escuelas cercanas para promover y apoyar activamente la reincorporación de las niñas y niños a la educación formal. Cuando se identifique que las niñas y niños corren el riesgo de abandonar la escuela se debe garantizar que haya apoyo disponible para fomentar la asistencia continua, esto podría incluir: clases de recuperación, derivación a proveedores de servicios de salud mental o apoyo psicosocial, o participación de la familia.

→ Herramienta práctica: lista para verificar los estándares mínimos de calidad de la “actualización, alfabetización y aritmética” en el desarrollo de proyectos de educación en emergencia (ver página 17)

4. Materiales escolares

  • Se proporcionan materiales escolares a las escuelas o espacios de aprendizaje para mejorar el entorno de aprendizaje, la calidad de la enseñanza y las capacidades de las niñas y niños para aprender. Los materiales escolares incluyen: kits de profesores, kits de estudiantes, kits recreativos y/o de apoyo psicosocial, mobiliario y otros equipos educativos relevantes (computadoras, portátiles, parlantes, etc.).
  • Los materiales relevantes se proporcionan de acuerdo con las necesidades prioritarias identificadas en la evaluación de necesidades (generalmente realizada antes de comenzar el proyecto/programa de educación en emergencias o en sus primeras semanas) o de acuerdo con la retroalimentación proporcionada durante el proyecto.

Pasos clave: Debe tomar las siguientes medidas en el suministro de materiales escolares:

  1. Realizar una evaluación para determinar las necesidades de material escolar. Asegúrese de incluir una variedad de partes interesadas (niñas y niños, docentes, directivos, madres/madres)
  2. Priorizar estas necesidades, junto con las partes interesadas, para determinar qué es lo más necesario y qué se puede proporcionar dentro de las limitaciones presupuestarias del proyecto.
  3. Determinar qué materiales están disponibles localmente y cómo obtenerlos, y qué materiales son culturalmente apropiados dentro del contexto.
  4. Iniciar el proceso de adquisición de estos materiales asegurándose de que se haga de manera justa y transparente, que no contribuya al conflicto en la comunidad local o entre proveedores.
  5. Distribuir materiales a las escuelas, espacios de aprendizaje, a profesores o estudiantes individuales, según corresponda; con el liderazgo o la colaboración de las partes interesadas locales, asegurándose de que documentación de entrega sea firmada y que alguien asuma la responsabilidad del mantenimiento del equipos, materiales y mobiliario.
  6. Capacitar o informar a los docentes o agentes educativos sobre cómo utilizar los materiales para fomentar la participación y el compromiso de las niñas y niños en el aprendizaje.
  7. Recopile comentarios sobre los materiales de una variedad de partes interesadas, a lo largo del proyecto, para determinar si son adecuados en términos de calidad y cantidad y si surgen nuevas necesidades. Garantizar que los comentarios se tengan en cuenta en adquisiciones futuras.

→ Herramienta práctica: lista para verificar los estándares mínimos de calidad de los “materiales escolares” en el desarrollo de proyectos de educación en emergencia (ver página 19)

5. Preparación y reducción del riesgo de desastres

  • La preparación y reducción del riesgo de desastres deben incorporarse en toda la programación de emergencias. Esto significa proporcionar al personal educativo conocimientos, habilidades y herramientas para poder mitigar riesgo, proteger mejor a las niñas y niños, y prepararse mejor para futuras emergencias.

Pasos clave: Debe tomar las siguientes medidas para ayudar a las escuelas a reducir los riesgos y prepararse para el inicio de una emergencia.

  1. Realizar una evaluación de riesgos en escuelas y comunidades. Esto podría hacerse a través de un mapeo escolar o comunitario. Debe involucrar a una variedad de partes interesadas.
  2. Apoyar a las escuelas para establecer (o fortalecer) comités de seguridad escolar–o equivalentes, dependiendo de lo que ya exista en el contexto, para que supervisen las actividades de preparación y reducción del riesgo de desastres. Los comités deben ser responsables de desarrollar, adaptar, implementar y actualizar un plan de seguridad escolar. Este plan debe partir de la evaluación de riesgos y describir los pasos prácticos que se deben tomar, y quién es responsable de su ejecución, para eliminar o reducir los riesgos para estudiantes, docentes, personal educativo y miembros de la comunidad. También deben ser responsables de organizar simulacros de evacuación regulares (ya sea por incendio, desastre natural o ataque, según sea relevante para el contexto). Y, además, deben:
    → Completar la evaluación de riesgos escolares e identificar vulnerabilidades y capacidades
    → Priorizar las actividades de mitigación
    → Desarrollar un plan de capacitación del personal
    → Revisar los procedimientos operativos estándar y de emergencia básicos
    → Realizar mapas de peligros en escuelas y vecindarios e identificar recursos para mitigar los riesgos
    → Verificar que los mapas de rutas de evacuación estén publicados en todas las aulas y pasillos
    → Comprobar que los equipos contra incendios y botiquines de primeros auxilios estén disponibles, actualizados y accesibles
    → Comunicar a los padres los procedimientos de reunificación familiar-estudiante.
  3. Apoyar a las escuelas para que implementen sus planes de seguridad escolar. Supervisar el progreso y realizar un seguimiento para garantizar que las actividades clave (como los simulacros de evacuación) se realicen de forma regular.
  4. Realizar formación relevante basada en la evaluación de riesgos para dotar a los estudiantes, personal educativo y familias de las habilidades pertinentes para poder reducir los riesgos y afrontar mejor las emergencias. Esto puede incluir, entre otros, protección infantil, educación sobre riesgos de minas, primeros auxilios, planificación y preparación para emergencias, seguridad, salud e higiene escolares.
  5. Generar conciencia a través de mensajes clave relacionados con la preparación y la reducción del riesgo de desastres de acuerdo con la evaluación de necesidades (algunos mensajes para la reducción del riesgo de desastres se pueden encontrar en la guía de la Federación Internacional “conciencia pública y educación pública para la reducción del riesgo de desastres”).
  6. Abogar por la planificación oportuna de la preparación para emergencias y el intercambio de información a nivel sectorial e intersectorial para aumentar el conocimiento y la preparación entre los actores educativos, los sectores relacionados y las comunidades.

→ Herramienta práctica: lista para verificar los estándares mínimos de calidad de la “preparación y reducción del riesgo de desastres” en el desarrollo de proyectos de educación en emergencia (ver página 21)

6. Apoyo psicosocial

  • El apoyo psicosocial no es un apoyo de salud mental especializado, sino un conjunto de actividades diseñadas para apoyar el bienestar general y las necesidades de desarrollo de las niñas y los niños.
  • El apoyo psicosocial debe ser brindado por facilitadores capacitados de forma regular y estructurada en las escuelas o espacios amigables para la infancia, en sesiones de apoyo grupal y de apoyo individualizado, durante y después de la jornada escolar.
  • Las actividades de apoyo psicosocial incluyen deportes de equipo, juegos, música, arte y otros métodos grupales creativos centrados en las niñas y niños. En lo posible, deben involucrar a la comunidad (artistas o asociaciones culturales locales) para aumentar su diversidad y apoyar las iniciativas del contexto.
  • Las actividades de apoyo psicosocial también se utilizan para identificar a las niñas y niños que necesitan apoyo psicosocial personalizado o servicios específicos, como atención médica o gestión de casos (por ejemplo, cuando sufren traumas graves o están en riesgo de abandono escolar). Estos casos son objeto de un estrecho seguimiento por parte de los facilitadores que les permite remitir a las niñas y niños a los proveedores de servicios adecuados.
  • Los recursos/materiales de apoyo psicosocial se utilizan para proporcionar actividades apropiadas para la edad y el género, destinadas a mejorar las habilidades y los mecanismos de afrontamiento como el trabajo en equipo, el liderazgo, la autodisciplina, la responsabilidad, el respeto a la diversidad, la resolución de conflictos y la consolidación de la paz.
  • El apoyo psicosocial debe extenderse a docentes, madres, padres y cuidadores para permitirles expresar inquietudes, desarrollar estrategias de afrontamiento resilientes, mejorar las competencias de crianza y enseñanza para el contexto de alto estrés y fortalecer las habilidades de autocuidado para mejorar su propio bienestar (estos actores no pueden apoyar adecuadamente el bienestar de las niñas y niños a menos de que ellos mismos estén física y psicológicamente bien).

Pasos clave: Debe tomar las siguientes medidas para establecer e implementar actividades de apoyo psicosocial:

  1. Identificar las necesidades psicosociales específicas de las niñas y niños en las áreas a intervenir.
  2. Establecer espacios de apoyo psicosocial que sean seguros, accesibles y adaptados a las características y necesidades de las niñas y niños.
  3. Diseñar actividades de apoyo psicosocial en función de las necesidades identificadas (por ejemplo, si se descubre que niñas/niños experimentan problemas de conducta, las actividades deben concentrarse en desarrollar habilidades de comunicación, trabajo en equipo y disciplina positiva)
  4. Establecer un cronograma estructurado de actividades por un período mínimo de 1 semestre (4-6 meses), con una frecuencia de al menos 3 veces por semana y un máximo de 30 estudiantes por sesión.
  5. Hacer que los facilitadores de apoyo psicosocial seleccionados firmen un código de conducta detallando sus funciones, sus responsabilidades y el comportamiento esperado.
  6. Formar a los facilitadores sobre los contenidos y principios relativos al apoyo psicosocial (mencionados anteriormente), y sobre cómo planificar, gestionar y monitorear las actividades de apoyo psicosocial y cómo derivar a las niñas y niños para que reciban apoyo especializado. Apoyándolos también en el fortalecimiento de habilidades de autocuidado para su propio bienestar.
  7. Ejecutar actividades regulares de apoyo psicosocial de acuerdo con el cronograma desarrollado previamente que debe actualizarse según las necesidades emergentes y las observaciones de los facilitadores.
  8. Utilizar sesiones de apoyo psicosocial para identificar casos específicos y derivarlos a servicios especializados. Los servicios disponibles en el contexto deben identificarse mediante una actividad de mapeo al inicio del proyecto.
  9. Monitorear regularmente las actividades de apoyo psicosocial.
  10. Repetir la evaluación de necesidades psicosociales específicas, en proyectos más largos, después de un período de al menos 6 meses, para comprender qué impacto están teniendo las actividades de apoyo psicosocial en el bienestar de las niñas y niños, y adaptar las actividades en consecuencia.

→ Herramienta práctica: lista para verificar los estándares mínimos de calidad del “apoyo psicosocial” en el desarrollo de proyectos de educación en emergencia (ver páginas 23 – 24)

7. Espacios de aprendizaje

  • Se establecen o rehabilitan espacios de aprendizaje para garantizar que todas las niñas y niños tengan acceso al aprendizaje en un espacio inclusivo y seguro que apoya su bienestar y el de los docentes.
  • Los espacios de aprendizaje se establecen en escuelas o infraestructuras existentes cuando es posible, o se establecen desde cero cuando es necesario, ya sea mediante la instalación de aulas en tiendas de campaña o de espacios de aprendizaje temporales hechos con materiales y recursos locales.
  • La rehabilitación de las instalaciones existentes incluye una evaluación de las necesidades y la reparación/renovación física de las estructuras en diferentes momentos del proyecto para cumplir con los estándares mínimos de la Red Interagencial para la Educación en Situaciones de Emergencia, estándares que deben adaptarse al territorio específico y a la emergencia allí situada. Este proceso puede incluir acciones como mejorar la seguridad (reforzar ventanas y puertas) y mejorar las instalaciones de agua, saneamiento e higiene para garantizar un entorno escolar inclusivo que sea sensible a las cuestiones de género y accesible para las personas con discapacidad.

Pasos clave: Debe tomar las siguientes medidas para establecer y/o rehabilitar espacios de aprendizaje:

  1. Identificar cuántos espacios de aprendizaje se necesitan basándose en la evaluación de necesidades y criterios de focalización.
  2. Determinar si el doble turno, de docentes o agentes educativos, es una opción para satisfacer cualquier aumento de la demanda estudiantil; y si es necesario mobiliario adicional para responder al aumento de niñas y niños.
  3. Limitar el uso de escuelas como refugios temporales o para otros fines distintos de la educación.
  4. Rehabilitar y limpiar con rapidez los espacios de aprendizaje y otras instalaciones escolares cuando sea logísticamente posible (cuando haya disponibilidad local de materiales y experiencia). Esto puede implicar una modernización de las instalaciones escolares que permita mejorar la seguridad y la accesibilidad. Tenga en cuenta instalaciones como las de agua, saneamiento e higiene (letrinas y lavamanos), las áreas recreativas y las instalaciones para el personal.
  5. Cuando la rehabilitación no sea posible (por ejemplo, cuando la propiedad de la tierra y los respectivos acuerdos para su uso no sean claros) se deben establecer espacios temporales de aprendizaje en espacios comunitarios existentes o a través de tiendas de campaña o aulas temporales, utilizando materiales/recursos locales disponibles. Las decisiones sólo deben tomar después de una consulta profunda con la comunidad local para que se consideren las necesidades y la idoneidad de los espacios.
  6. Proporcionar muebles y equipos adecuados, incluidos agua potable y materiales de higiene pertinentes (jabón, kits de higiene menstrual y botellas de agua).
  7. Monitorear actividades de forma regular y actualizar actividades según las necesidades.

→ Herramienta práctica: lista para verificar los estándares mínimos de calidad de los “espacios de aprendizaje” en el desarrollo de proyectos de educación en emergencia (ver página 25)

8. Sensibilización, divulgación y cohesión social

  • Las actividades de sensibilización y cohesión social promueven los principios de protección y bienestar de las niñas y niños (incluido el bienestar físico, psicológico, social, emocional y cognitivo).
  • Las actividades se llevan a cabo en espacios de aprendizaje o comunidades amplias y comparten mensajes clave de manera clara y accesible a través de metodologías/recursos como carteles, folletos, televisión y radio, o de métodos más interactivos como eventos, obras de teatro o sesiones de arte.
  • Las campañas de sensibilización/concientización tienen lugar al comienzo o en intervalos a lo largo del proyecto o el año escolar, y a menudo tienen mensajes específicos destinados a mejorar la inscripción y la asistencia escolar (como las campañas de “regreso a la escuela” que comparten mensajes sobre importancia de la educación diseñados para alentar a los padres/cuidadores a enviar a sus hijos a la escuela o para motivar a las comunidades a participar en la rehabilitación de espacios de aprendizaje).
  • La extensión implica esfuerzos específicos para llegar a grupos objetivo o grupos vulnerables particularmente identificados. Esto a menudo implica identificar poblaciones o individuos a los que se dirigirá un mensaje particular (por ejemplo, a comunidades en las que se evidencia discriminación contra las niñas y niños con discapacidad se dirigen mensajes sobre la igualdad de derechos, la inclusión y la importancia de la educación para todos).
  • Las actividades de cohesión social pueden adoptar muchas formas. Pueden incluir eventos comunitarios o escolares para reunir a las personas en un espacio compartido donde puedan tener debates constructivos o simplemente socializar para fomentar la colaboración y la comunicación entre comunidades, individuos o sectores. También puede incluir actividades específicas destinadas a mejorar la tolerancia, la colaboración y la comprensión, o a abordar la dimensión horizontal (relaciones entre y dentro de las comunidades) y la dimensión vertical (relaciones entre el gobierno, las políticas y las comunidades).
  • El plan de estudios (como el desarrollado por gente en necesidad “People In Need”) proporciona una serie de sesiones destinadas a alentar a las personas a discutir temas, desafíos, diferencias y similitudes entre comunidades e individuos. Puede culminar en un proyecto conjunto que reúne a las personas en un esfuerzo compartido para crear algo para el beneficio mutuo de todos en la comunidad o la escuela.

Pasos clave: Debe tomar las siguientes medidas para apoyar la concientización sobre la importancia de la educación y el desarrollo y bienestar de las niñas y niños, o sobre otros temas relevantes en el contexto:

  1. Determinar los desafíos y necesidades de sensibilización y cohesión social a través de consultas con partes interesadas o del análisis de las barreras del contexto en crisis/emergencia.
  2. Crear un plan de sensibilización y/o cohesión social basado en este análisis, garantizando la participación/aporte de las partes interesadas, incluidas las autoridades educativas nacionales o locales y los grupos sectoriales pertinentes (de protección infantil, salud, nutrición, educación sobre riesgos de minas, violencia sexual y de género, etc.) para alinear enfoques, abordar conjuntamente los desafíos específicos identificados y mejorar la divulgación y el alcance.
  3. Incluir en el plan las cuestiones clave en las que es necesario mejorar la concientización (¿cuáles son los mensajes clave?), las razones por las que se necesita (¿cuál es el objetivo de su campaña?), la población a la que se dirige (¿quién necesita recibir la información?), el enfoque, las herramientas y materiales que se necesitan (¿utilizará radio, televisión, carteles, folletos, eventos públicos, líderes locales, etc.?)
  4. Garantizar que las actividades y los mensajes respondan al contexto, sean amigables con la infancia y fáciles de entender para personas de diferentes edades y niveles de alfabetización, con dificultades auditivas o visuales, y hablantes de idiomas.
  5. Garantizar que se consideren y aborden adecuadamente temas delicados de una manera sensible al conflicto, cumpliendo con el principio de “no hacer daño”.
  6. Realizar campañas de sensibilización y actividades de cohesión social de amplia difusión, que permitan que los mensajes clave sean visibles y accesibles para todos, que lleguen especialmente a grupos vulnerables y desescolarizados.

→ Herramienta práctica: lista para verificar los estándares mínimos de calidad de la “sensibilización, divulgación y cohesión social” en el desarrollo de proyectos de educación en emergencia (ver página 27)

9. Asociaciones de padres y maestros

  • Las asociaciones, a veces denominadas comités de educación comunitaria, deben fortalecer e incrementar el compromiso y participación de los padres y la comunidad en los procesos educativos para mejorar el acceso, los logros y el bienestar de las niñas y niños a la educación.
  • Las asociaciones de padres y maestros deben ser propiedad de las escuelas y comunidades. Sin embargo, cuando sea necesario, el proyecto de educación en emergencias creado debe respaldar la configuración inicial, la planificación y la preparación de las reuniones.

Pasos clave: Debe tomar las siguientes medidas para establecer y/o fortalecer asociaciones de padres y maestros:

  1. Organizar una reunión, idealmente al comienzo del proyecto o del año escolar, con madres, padres, maestros y otras partes interesadas (estudiantes, administradores escolares y autoridades educativas) para comprender si ya existen asociaciones en el contexto y cómo funcionan, y cuál es la percepción de las partes interesadas sobre la utilidad de las asociaciones en el contexto.
  2. Decidir, junto con las partes interesadas: el objetivo de la asociación (lo que quieren lograr), su configuración (¿quiénes serán los miembros? ¿cómo serán seleccionados? ¿con qué frecuencia se realizarán las reuniones?), las funciones y responsabilidades de los miembros (¿quién hará qué durante y entre reuniones?) y la organización y las herramientas que se utilizarán (¿habrá una agenda para cada reunión? ¿cómo se planificarán y financiarán las actividades de la asociación?)
  3. Apoyar a las asociaciones a organizar su reunión inicial, brindando orientación según sea necesario, garantizando que las discusiones se mantengan encaminadas, que los miembros sigan los roles que se les asignan, y que todos los miembros puedan participar y expresar opiniones.

→ Herramienta práctica: lista para verificar los estándares mínimos de calidad de las “asociaciones de padres y maestros” en el desarrollo de proyectos de educación en emergencia (ver página 29)

MONITOREAR Y EVALUAR UN PROYECTO DE EDUCACIÓN EN EMERGENCIAS

  • Se monitorean las actividades y recopilan datos para verificar si el proyecto se está ejecutando de acuerdo con los compromisos asumidos en la propuesta inicial, para mejorar la programación y para informar a otros actores y formuladores de políticas relevantes.
  • El seguimiento siempre debe:
    1) Medir indicadores propuestos en la fase de planificación, seguir el ciclo completo de datos.
    2) Involucrar una participación significativa de los beneficiarios.
    3) Incluir una gestión rigurosa de datos. Los datos deben recopilarse manualmente, de acuerdo con las especificaciones y el cronograma del proyecto.
    4) Ser utilizado en el proceso de planificación para etapas futuras del proyecto.

Pasos clave: Para garantizar un monitoreo, evaluación, rendición de cuentas y aprendizaje pertinentes y eficaces, debe adoptar las siguientes medidas:

  1. Desarrollar un plan realista que:
    • Cumpla con los compromisos asumidos en la propuesta inicial.
    • Cuente con medios de verificación claros, que deben estar descritos en el marco lógico del proyecto.
    • Tenga personal asignado y presupuesto adecuados.
    • Incluya detalles sobre qué datos recopilar, quién son los responsables, qué herramientas se utilizarán, y cuándo y con qué intervalos de tiempo se deben recopilar esos datos.
  2. Realizar una evaluación inicial para comprender las condiciones previas, esto debe realizarse antes de que comience un proyecto o en las etapas iniciales de la implementación.
  3. Observar la evolución de las condiciones que se identificaron, analizando su cambios durante la ejecución del proyecto.
  4. Preparar las herramientas de recopilación de datos garantizando que estén contextualizadas y que los datos puedan desglosarse por género, edad y capacidad.
  5. Establecer mecanismos de rendición de cuentas (como “el mecanismo de respuesta y retroalimentación de la comunidad”), procurando:
    • Diseñar un formato claro para la recopilación y comparación de comentarios. Puede hacerlo a través de buzones de comentarios, líneas telefónicas, WhatsApp, voluntarios comunitarios o sesiones interactivas para niñas y niños (arte, teatro).
    • Hacer la recopilación en un punto central (o base de datos) con una persona específica responsable de la recopilación y el análisis de los datos.
    • Determinar los procedimientos para responder oportunamente a la retroalimentación. Esto puede significar hacer un seguimiento con individuos o comunidades sobre puntos específicos planteados o ajustar las actividades o enfoques del proyecto para tener en cuenta la retroalimentación.
    • Garantizar que las partes interesadas del proyecto, incluidos las niñas y niños, estén consciente del mecanismo de rendición de cuentas y los procesos de presentación de informes, organizando reuniones de partes interesadas o exhibiendo claramente carteles que detallen información relevante.
  6. Recolectar y analizar datos en intervalos regulares, durante la fase intermedia del proyecto o de forma aleatoria según sea necesario. Debe verificarse periódicamente el progreso en relación con el marco lógico y el marco de resultados del proyecto para corroborar la calidad de la implementación, identificar cualquier objetivo que no se esté cumpliendo y adaptar el plan o las actividades del proyecto en consecuencia (puede hacer visitas de campo para el seguimiento).
  7. Realizar un encuesta o evaluación final para revisar la eficacia, eficiencia, relevancia, impacto y sostenibilidad del proyecto frente a los objetivos e indicadores detallados en el marco lógico del proyecto. La evaluación también la puede utilizar para medir el nivel en el que el proyecto cumple los estándares mínimos de la Red Interagencial para la Educación en Situaciones de Emergencia (participación, coordinación y análisis, acceso y entorno de aprendizaje, enseñanza y aprendizaje, docentes y otro personal educativo, y política educativa). Esto debería ocurrir antes de la finalización del proyecto o dentro del mes siguiente a la finalización del proyecto.
  8. Realizar una revisión del aprendizaje para identificar los que puedan servir para mejorar la calidad de los proyectos en el futuro. Es importante que los resultados del seguimiento y la evaluación de proyectos se incorporen al proceso de planificación y diseño de proyectos futuros. Esto se puede hacer organizando un taller para que el personal del proyecto y las partes interesadas reflexionen sobre los éxitos, fracasos y lecciones aprendidas. Las ideas y los debates deben ser documentados y compartidos ampliamente.

→ Ejemplos de indicadores para el monitoreo y evaluación de proyectos (ver página 32)

Otros conceptos/Glosario

Formación y desarrollo profesional docente: tienen como objetivo proporcionar a los docentes y otros educadores las habilidades necesarias para poder apoyar el aprendizaje y el bienestar de las niñas y los niños, y oportunidades para desarrollarse y trabajar para alcanzar sus propios objetivos personales y profesionales.

Actualización en la educación en emergencias: su objetivo es apoyar el reingreso de las niñas y niños al sistema formal y reducir la probabilidad de abandono. Brinda a los estudiantes que no asisten a la escuela la oportunidad de aprender contenidos perdidos debido a la interrupción de su educación causada por la emergencia. También ayuda a los estudiantes escolarizados que se están quedando atrás en su educación otorgándoles oportunidades para ponerse al día con conocimientos y competencias claves. Puede incluir apoyo específico en alfabetización y aritmética para fortalecer el desarrollo de las habilidades básicas de lectura y matemáticas de los estudiantes necesarias para permanecer en la escuela o reingresar al sistema escolar y continuar su educación formal.

Alfabetización: proceso sociocultural que le permite a las personas interpretar sentidos del mundo que las rodea y comunicarse. Se refiere a la capacidad para comprender información de diversa índole y expresarla de una manera sencilla relacionada con su vida cotidiana.

Preparación: puede contribuir a reducir los riesgos y el impacto negativo de futuras emergencias y ayudar a mejorar la resiliencia y la capacidad de las personas para hacer frente a una crisis.

Reducción de desastres: tiene como objetivo proteger a los estudiantes y al personal educativo de daños físicos, desarrollar y mantener una cultura de seguridad, minimizar las interrupciones y garantizar la continuidad de la educación para todas las niñas y niños.

Apoyo psicosocial estructurado: ayuda a las niñas y niños a afrontar las crisis, gestionar sus emociones y aprender a cultivar relaciones saludables. Favorece su desarrollo de habilidades básicas como la comunicación, el trabajo en equipo y la resolución de problemas, además los ayuda a sentirse más cómodos y apoyados. La programación holística de apoyo psicosocial fortalece el bienestar general y la resiliencia de los estudiantes, e indirectamente mejora su comportamiento, compromiso y resultados del aprendizaje. Actividades de concientización, divulgación y cohesión social: tienen como objetivo llegar a personas o grupos específicos (o comunidades enteras) con mensajes particulares diseñados para influir positivamente en el comportamiento y las actitudes (por ejemplo, mensajes simples sobre la importancia de la educación diseñados para alentar a madres/padres y cuidadores a enviar a sus hijos a la escuela). Parten de la idea de que educación es una forma eficaz de mejorar la cohesión social y promover la paz, de fomentar la colaboración entre y dentro de comunidades e individuos con el objetivo general de mejorar el respeto a la diversidad, la comprensión de diferentes culturas y puntos de vista y, en última instancia, la coexistencia pacífica.

Asociaciones de padres y maestros: a veces denominadas comités de educación comunitaria, son grupos compuestos por maestros, padres, miembros de la comunidad y estudiantes que se reúnen periódicamente para discutir temas clave relacionados con el funcionamiento, la calidad y el medio ambiente de la escuela y para planificar formas de mejorar la calidad de la educación y del bienestar de estudiantes y profesores.

 

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